martes, 9 de octubre de 2012

ENFERMEDADES INESPERADAS:


ENFERMEDADES INESPERADAS:
AH1N1
Irene Romero Nájera
En esta época que estamos viviendo, nos encontramos constantemente con mayores riesgos que atentan contra la vida humana y la salud. No es extraño que aparezcan nuevas enfermedades asociadas a virus o bacterias. Sobre todo si tomamos en cuenta la evolución natural de las especies y, en particular, la situación de deterioro ambiental que estamos experimentando en todo el planeta.

En la actualidad existe en nuestro país la manifestación de un virus que ha puesto al mundo de cabeza: entre vuelos cancelados y extranjeros en cuarentena, tanto la economía mundial como el  sentimiento de rechazo en otros países han propiciado un ambiente de malestar y resentimiento. A lo largo de la historia, el ser humano ha luchado batallas extenuantes contra la selección natural que opera en todas las especies, en todos los continentes y en todos los ambientes. Con la tecnología y los avances científicos hemos sido capaces de salir adelante ante la presencia de algunos desastres naturales, entre los que se encuentran inundaciones, huracanes, erupciones volcánicas, terremotos, etc., y el surgimiento de enfermedades no es la excepción. Recordemos, por ejemplo, un caso que provocó grandes pérdidas humanas: la peste bubónica o peste negra que se extendió por Europa en la Edad Medio entre los años 1348 y 1361. Esta enfermedad se transmitía el piquete de pulgas, y las ratas eran las principales portadoras de este insecto. La infección, que atacaba tanto a humanos como a ratas, era causada por bacteria que circulaba en el torrente sanguíneo. Ésta ocasionaba altas temperaturas y muerte envenenamiento en la sangre o septicemia. Debido a la cercanía que tenemos con las ratas, se favoreció el transporte de pulgas entre estos roedores y los humanos, lo que llevó a la rápida propagación de la peste en todo el continente. La enfermedad en los humanos ocasionó en promedio la muerte de 60% de los casos reportados y, en algunas regiones, se alcanzaron cifras de hasta 90% de mortandad. En la actualidad, esta plaga se considera extinta, debido a las vacunas y a los antibióticos que se crearon para combatirla.

Con los antecedentes que tenemos de otras epidemias, cuando apareció en nuevo virus de influenza A H1N1, en algunos estados de la República Mexicana se aplicaron varias medidas que se denominaron de contingencia sanitaria, para proteger a la población.
¿Qué es una contingencia sanitaria?
Empecemos por definir cada una de las palabras que forman esta frase; según el DRAE, contingencia es la posibilidad o riesgo de que suceda una cosa. Por ejemplo, que el parto se adelante es una contingencia que debemos tener en cuenta. También se considera un hecho o problema que se plantea de forma imprevista. Por ejemplo, hay que estar preparados ante cualquier contingencia.
En cuanto a sanitaria, se refiere a la sanidad y sus prácticas, al aseo e higiene personal como la desinfección de baños públicos, por ejemplo.
Juntando los significados de ambas palabras, podemos concluir que contingencia sanitaria es la implementación de medidas higiénicas preventivas para reducir el riesgo de que se presente una situación peligrosa en materia de salud y que ésta se salga fuera de control.
En este caso, se trata de evitar que la influenza A H1N1 se siga esparciendo en la población humana de manera descontrolada ya que, al ser un virus nuevo, apenas se están llevando a cabo las investigaciones pertinentes para conocer sus mecanismos de operación, su procedencia y la manera de combatirlo. Si existiera una vacuna preventiva, los riesgos de una epidemia, sino que estamos presenciando lo que se conoce como “pandemia”. La diferencia entre epidemia y pandemia es que la primera ataca a los habitantes de un mismo territorio, mientras que la segunda se extiende a otros países. A fin de evaluar el riesgo de una epidemia a nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido ciertos criterios para clasificar las fases de alerta de acuerdo con el nivel de contagio de la enfermedad.

¿Qué significan las fases de alerta?
La fase de alerta mundial en la que nos encontramos para la influenza mencionada es el nivel seis, según la clasificación de la OMS. Estas fases van cambiando conforme para el tiempo en que dicho agente está presente y circulando dentro de la población. Tomando en cuenta que los virus y bacterias circulan de manera natural en todas las especies, es común que un organismo sea el vector o transportador de éstos. De esa manera, se mueven y esparcen a diferentes lugares y a otros seres vivos. Debido a la mayor movilidad que tienen las aves, éstas han sido los principales transportadores de enfermedades desde tiempos remotos. Sin embargo, no sólo ellas son transmisoras, también lo son otros organismos como los mosquitos, las ratas, las garrapatas y muchos más.
En cuanto al virus de la influenza, se sabe que circula constantemente entre animales, en especial en las aves. A partir de este hecho, se analizaron y elaboraron las siguientes fases de contagio.
·         Fase 1: La infección sucede entre animales y no se transmite a humanos
·         Fase 2: La infección se transmite entre animales domésticos y animales silvestres, aunque se pueden reportar algunos casos de transmisión a humanos.
·         Fase 3: La infección se transmite de animales a humanos, pero no es lo suficientemente poderosa como para transmitirse entre humanos, aunque pueden reportarse casos aislados de contagio entre los miembros de una misma familia. Sin embargo, los datos de infección no indican un riesgo potencial de convertirse en pandemia.
·         Fase 4: La infección se transmite entre humanos y suele provenir de contagios con animales o de humanos que se infectaron previamente con animales. La alerta en este caso es a nivel de comunidad.
·         Fase 5: La infección se esparce entre humanos de al menos dos países en una sola región. En esta fase la señal que se produzca una pandemia es inminente y se deben llevar a cabo las medidas de sanidad que correspondientes para frenarla hasta donde sea posible.
·         Fase 6: La infección está en fase de pandemia en la que se manifiestan brotes a nivel comunidad en varios países de diferentes regiones.
El ciclo de las epidemias y pandemias suele presentarse por oleadas en las que habrá un pico máximo de contagios; éstos irán disminuyendo hasta convertirse en infecciones estacionales, como ya sucede con la influenza tipo A y B, que normalmente se presentan en invierno. Cuando se haya reducido el contagio de la influenza porcina, se espera que ya exista una vacuna y medicamentos al alcance de todos. De esta manera, se controlará una enfermedad más de las varias que han existido a lo largo de nuestra historia.
¿Cómo pasó el virus de los animales a los humanos?
Uno de los mecanismos que tienen los organismos para cambiar y adaptarse a su entorno es la mutación. Una mutación es la modificación de la información genética. La nueva modificación se transmite a la descendencia de generación en generación y, por lo general, suele tardar varios años hasta que logra fijarse de manera definitiva en una población.
En algunas ocasiones, esta modificación puede ser perjudicial, como en el caso de enfermedades y síndromes que se presentan en los humanos, por ejemplo, el síndrome de Down. Sin embargo, en otras resulta beneficiosa, como ha sucedido en varias especies a lo largo de la su historia evolutiva, donde han tenido que cambiar ciertas características para sobrevivir, por ejemplo, a las inclemencias del tiempo en entornos hostiles como los polos norte y sur o los desiertos. Así, el pelaje de los osos polares fue cambiando hasta hacerse muy abundante y grasoso para resistir el frío: o el color de piel en la raza negra, que cambiando de tonalidad hasta hacerse oscuro para tolerar exposiciones solares intensas.
Cada mutación suele hacer a los virus más fuertes y resistentes a las condiciones adversas que se puedan presentar, como un medicamento que lograra aniquilarlo. Además, el tiempo en que tarda en fijarse la mutación suele ser muy rápido: en dos o tres generaciones del virus ya estará codificada la información para replicarla con dicho cambio en una nueva cepa.
En el caso del virus de influenza A H1N1, el humano se lo transmitió al cerdo, en el cerdo mutó y lo devolvió a los humanos como una nueva cepa. La afinidad genética que tenemos con los cerdos propició que el virus pasara rápidamente a los humanos de nueva cuenta. Adicionalmente, el contacto directo que tenemos con estos animales desde que fueron domesticados (alrededor del año 7000 a.C.) facilitó aún más la transmisión.
¿Estamos ante una amenaza mortal?
Hasta donde han informado las autoridades correspondientes, el virus tiene cura. Sólo hay que estar pendientes de sus primeros síntomas para acudir al servicio médico e iniciar el tratamiento. Así que aunque se presenten los síntomas no hay que tener miedo, simplemente no debemos esperar hasta que se compliquen más. La manera en la que han muerto personas es por una complicación en los pulmones conocida como neumonía. La neumonía es una inflamación de los pulmones o parte de éstos ocasionada por virus o bacterias. La presencia de algún agente infeccioso estimula la producción de mucosas que se van acumulando y obstruyendo las vías respiratorias hasta ocasionar una asfixia paulatina en la que no llega el oxígeno suficiente al cerebro y entonces éste deja de funcionar.
El mayor riesgo está entre las personas de bajos recursos y comunidades rurales marginadas y que, por ello, no tienen acceso a servicios médicos y a la información de manera oportuna. No sólo eso, sino que además son personas que debido a su pobre alimentación, usualmente están desnutridas y con un sistema inmunológico deficiente. Los agentes infecciosos suelen atacar a los organismos más débiles; en este caso, este grupo de individuos son su principal blanco ya que su organismo no podrá defenderse ante dicho ataque.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad?
Los síntomas que se presentan con mayor frecuencia son los siguientes:
·         Fiebre alta
·         Tos
·         Dolor de garganta
·         Flujo nasal
·         Dolores en el cuerpo
·         Dolor de cabeza
·         Escalofríos
·         Fatiga
También se han reportado casos esporádicos de la presencia de vómito y diarrea.
Datos científicos
Según un artículo publicado en la revista Science, se tiene un panorama aproximado acerca de la situación actual del virus A H1N1. En mayo de 2009 se reportaron en México 11 357 casos probables de infectados con el virus, de los cuales 822 fueron confirmados. Posiblemente estos datos estén subestimados debido a que las autoridades de salud se enfocaron nada más en los incidentes más graves. Asimismo, los casos graves en adultos mayores de 60 años pueden ser difíciles de diagnosticar por la alta tasa de enfermedades respiratorias que se presenta en este grupo de individuos. Por otro lado, también hubo muertes de individuos que potencialmente se debieron al virus, pero no se analizaron; o por el caso contrario, casos que murieron antes de saber el diagnóstico y que fueron contabilizados como parte del grupo de muertes causadas por el virus.
En general, los primeros resultados de las investigaciones muestran que:
·         Varias muestran biológicas que se tomaron estaban incompletas.
·         La cadena del nuevo virus de influenza es similar a las cadenas del virus estacional.
·         Los datos obtenidos en la población La Gloria, Veracruz, indican que 616 individuos de una población de 1575 habitantes tuvieron una infección respiratoria aguda entre el 15 de febrero y el 14 de abril. En este mismo poblado se pudo observar que el ataque del virus variaba según la edad: 61% de los afectados tenían menos de 15 años de edad, mientras que 29% fueron mayores de esta edad. La tasa de ataques en La Gloria es comparable con la tasa observada en otras pandemias.
·         Es necesario evaluar los costos económicos y sociales que las medidas de contingencia sanitaria conllevan, como el cierre de clases contra el número de vidas salvadas por esta medida precautoria.
·         Es importante resaltar que los antivirales necesarios para combatir el virus están disponibles; sin embargo, también hay que monitorear su uso debido a que el virus puede desarrollar cierta resistencia ante estos medicamentos.
·         Se tiene que optimizar el estudio, diseño y protocolo de vigilancia. Es necesaria que aporten una mejor información para estimar los factores desconocidos que se presentan ante la manifestación de una epidemia.
·         Los organismos responsables de la salud pública tendrán que proveer información científica detallada en cuanto a la transmisión del virus en casa y en las escuelas para evitar ataques de histeria entre la población.
·         Los datos obtenidos de México y de otros países han permitido entender el origen, la extensión, la transmisibilidad y la gravedad de la actual pandemia. Sin embargo, aún no se conocen otros aspectos, como los periodos de incubación y los periodos infecciosos.
·         En tanto que la epidemia se siga esparciendo, la gravedad podrá variar en cada país dependiendo de los recursos que se tengan en el cuidado de la salud y de las medidas que adopte cada institución de salud pública para mitigar el impacto. Adicionalmente, lo peligroso del ataque puede variar de acuerdo con la susceptibilidad de la gente en cada región.
·         La evolución del virus en cuanto a transmisibilidad, antigenicidad, virulencia y resistencia antiviral de éste o cualquier otro virus de influenza es difícil de predecir. En la medida en que las instituciones de salud pública obtengan una mayor cantidad de datos epidemiológicos, se podrán elaborar modelos con diferentes escenarios y contextos para guiar los esfuerzos y las medidas preventivas que deberán ponerse en práctica en cada región o país.

¿Qué podemos hacer desde la escuela para evitar el contagio?
Hay varias medidas de prevención que incluso se han anunciado repetidamente en la televisión. Lo importante es saber que la transmisión se produce por contacto humano, no se trata de que el virus esté en el ambiente, sino que el contagio se produce por medio de la saliva, el sudor o los restos de piel.
A continuación se presenta una lista con las recomendaciones más relevantes que se pueden llevar a cabo dentro de la escuela, la mayoría de ellas propuestas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM):
1.       Limpieza exhaustiva y desinfección con agua, cloro y jabón de aulas, cubículos, sanitarios, pasillos, auditorios, cafeterías y espacios de todos y  cada uno de los planteles.
2.       Elaboración de diversas guías informativas que orienten a los alumnos, académicos, profesores, trabajadores, usuarios y visitantes.
3.       Mantenerse permanentemente informado del curso de la situación y de las acciones por emprender.
4.       No saludar de mano de beso a otras personas.
5.       Cubrirse la boca al toser o estornudar, ya sea sobre el ángulo interno del codo, o sobre un pañuelo desechable que deberá tirarse dentro de un contenedor de basura que tenga bolsa de plástico.
6.       Evitar escupir.
7.       Lavarse las manos con jabón tan frecuentemente como sea posible. Después de utilizar transporte público, lavarse las manos al llegar a la escuela y a la casa.
8.       Evitar tocarse la cara (nariz, ojos y boca) para impedir la transmisión de gérmenes.
9.       Evitar actividades grupales distintas de las clases. Regresar a casa en cuanto se terminen las actividades escolares del día.
10.   Evitar compartir útiles y equipo escolar, así como artículos personales como el teléfono celular, plumas, lápices, unidades USB, audífonos, entre otros.
11.   Evitar el contacto con la gente enferma de influenza A. Si se presentan síntomas de la enfermedad, no asistir a clases, informar a alguno de los profesores o autoridades del plantel y consultar al médico.
12.   En caso de que algún compañero –alumno, profesor o trabajador- presente signos o síntomas de enfermedad respiratorias, recomendarle que asista al médico y avisar a las autoridades de la escuela para monitorear y dar seguimiento a posibles casos de influenza A.
13.   Evitar traer mascotas a las instalaciones de trabajo.
14.   Evitar comer dentro de las aulas, salones de usos múltiples y laboratorios.



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